
Los alimentos son adquiridos gracias a los fondos
recaudados a través de las actividades artísticas que realiza el equipo
de Voluntarios JAM. Luego, los jóvenes hacen un acuerdo de responsabilidad
mutua con los padres, a quienes les suministran los alimentos de cada mes
y ellos se encargan administrar una buena alimentación para sus hijos.
Entre los logros alcanzados, los voluntarios lograron estabilizar
el cuadro de desnutrición a un niños apadrinado anteriormente.
El voluntario se involucra en el proceso de compra,
donación y seguimiento del proceso de salud del niño, monitorean la
alimentación con los padres y tutores como una manera de darle más
sentido a la labor y que no sólo se torne como una acción meramente
asistencialista.
Pamela
Brito