OPINION
Hace más de tres décadas rutas que ofrecen servicio a la capital muestra poca evolución, si hablar de las reconocidas rutas A y B, ambas con alto costo para adquirir el derecho a ruta. Se estima que supera el millón de pesos.
Años pasan y hasta la fecha no cuenta con terminales adecuadas donde los usuarios puedan sentir protección al momento de iniciar un viaje desde y hacia Santo Domingo.
Por la cercaníaa la gran ciudad , estudios han arrojado que una importante cantidad de personas que viajan diariamente hasta sus trabajos donde anualmente invierten en transporte unos 31,200 sin los desplazamientos.
El precio de los pasajes oscilan en RD$65 el expreso y RD$50 pesos la caliente que según afirman usuarios no corresponde a las rebajas considerables de los combustible.
Los pasajes experimentan rebajas pírricas de unos cinco pesos para los estudiantes que se desplazan en el medio de transporte de lunes a sábados.
Y
es que no tener un vehículo propio es la ruta perfecta a la calamidad,
recientemente en un expreso se pudo protagonizar una acalorada discusión
entre dos mujeres."Iris no te quedes" dijo una señora a su compañera que incomoda se disponía quedarse tras recorrer unos kilómetros en el vehículo.
"Se supone que yo estoy exigiendo mi derecho, esto es un expreso" dijo la joven molesta con iris, ya que debido a la cantidad de pasajeros mojó su ropa. Al parecer era agua.
Otra situación se dio cuando una usuaria llamó la atención de un joven "te me estas montando arriba" y educadamente en medio de risas el estudiante pidió disculpa.
Es recurrente escuchar historias de amor y enojos, lidiar con los vendedores, olores y momentos temerosos al que es expuesto el usuario, ya que competencia entre rutas A y B, con el fin de llegar primero a la próxima parada, que son persuadidos mediante una radio interna.
Es poca la diferencia en ambas rutas, parece que solo importa el aporte económico del pasajero, descuidando las mejoras al servicio y olvidar colocarse en la vía de los nuevos tiempos.
RIKEN LARA
