Los narcotraficantes que trasladan cargamentos por medio de rutas marítimas desde Sudamérica a Centroamérica y México están cambiando constantemente las estrategias dirigidas a evitar la detección e incautación de los mismos. En un artículo reciente, el diario digital CR Hoy publicó un reportaje sobre una nueva estrategia en la que los traficantes dejan cargamentos de cocaína en alta mar fijados a boyas habilitadas con sistemas de posicionamiento global (GPS) por radio o satélite.
Esta táctica es singular porque mitiga el riesgo eficazmente y convierte el océano en una unidad de almacenamiento auténtica con poco o ningún riesgo de pérdida ni aprehensión de personal para los narcotraficantes. Las autoridades colombianas descubrieron por primera vez estas boyas radiales y satelitales a fines de 2014, pero las autoridades centroamericanas han indicado que la táctica se ha trasladado a sus áreas de operaciones (AO) en los últimos meses.
Rutas de boyas con satélites y radios
Las boyas radiales y satelitales se usan con mayor frecuencia a lo largo de la costa del Pacífico y probablemente fueron adaptadas para fines de narcotráfico por el Clan Úsuga y por el frente Daniel Aldana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según el periódico colombiano El Tiempo . Los cargamentos de cocaína que usan esta táctica generalmente zarpan de Tumaco, Colombia y se trasladan por la costa norte hacia Costa Rica y México, tal como lo demuestra el hecho de que las autoridades colombianas por incautaran más de 2 toneladas métricas por sí mismas a lo largo de esta ruta solamente durante los primeros tres meses de 2015.
La industria pesquera ha usado boyas con satélites durante años para fines de localización y rastreo pero representan una nueva tecnología para los narcotraficantes. Según el diario mexicano El Universo , cuando se usan con estos fines, los cargamentos de drogas envueltos en una red de pesca se atan a una boya satelitales y se lanzan al mar donde la boya se ancla hasta que los cargamentos sean recogidos y trasladados a tierra.
Los paquetes de drogas en sí están protegidos por sacos impermeables y rastreados por medio de localizadores individuales de GPS conectados directamente a teléfonos o computadoras móviles que posteriormente facilitan el manejo de los cargamentos. Es posible enviar mensajes de ida y vuelta a las boyas en tan solo 30 segundos mediante una red de satélites asociada con la boya.
La cobertura de estas redes tiene un alcance mundial y permite que el controlador del cargamento vigile el movimiento de los mismos a cientos o miles de millas de distancia. El Universo también indicó que los monitores GPS pueden funcionar por varios días ya que están equipados con células fotoeléctricas que usan la energía solar como medio de carga. En términos de color y tamaño, las boyas satelitales generalmente son de color azul y forma aplanada, lo cual impide la detección por radar. También están equipadas con un software de codificación de señales que evita descodificar los datos y por consiguiente la incautación de los cargamentos.
Freddy Ramos, subdirector de la Policía Nacional Antinarcóticos de Ecuador, describió la estrategia asociada con las boyas satelitales en una entrevista con el diario digital Ecuavisa. Indicó que “embarcaciones marítimas, que pueden ser botes de pesca o lanchas rápidas zarpan desde la costa sin ningún tipo de cargamento de drogas. Les dicen a las autoridades portuarias que están realizando un viaje de pesca y les proporcionan información sobre los miembros de la tripulación y la fecha de regreso. Las embarcaciones de transporte de drogas entonces dejan los cargamentos en lugares oportunos y encienden los localizadores GPS. El paradero de estos paquetes se rastrea de manera remota por Internet y se les proporcionan las coordenadas a las embarcaciones vacías para que los recojan”. Ramos también apuntó que recientemente se han visto más casos de boyas satelitales que boyas de monitorización radial lo cual puede indicar una posible preferencia por el método de satelital.
Boyas habilitadas con radios
Las boyas de monitoreo radial son semejantes a las boyas satelitales porque son pequeñas y conformadas para pasar desapercibidas. Sin embargo, son diferentes a las boyas satelitales porque dependen de radios de alta frecuencia (VHF) o ultra alta frecuencia (UHF) para la transmisión de datos, aunque pueden tener receptores GPS internos. Se han programado para emitir una señal radial en una frecuencia particular que solo la puede detectar la computadora o el radiogoniómetro de una embarcación, que a su vez indica la dirección o la dirección y distancia al radiofaro. Los modelos más nuevos permiten monitorear dispositivos a una distancia máxima de 50 millas y pueden transmitir mensajes radiales codificados.
Cuando se activa, la boya radial emite un destello intermitente cada segundo y transmite la localización GPS del dispositivo cada 15 minutos.
Ecuavisa informó que las boyas radiales se detectaron por primera vez en sus áreas de operaciones en febrero de 2015. En una entrevista con el fiscal Danny Vizueta de la Unidad Especializada contra la DelincuenciaTransnacional e Internacional, reportó que en este caso en particular, los paquetes de cocaína estaban sumergidos a 8 metros bajo agua en mar abierto.
Se colocó una boya radial entre los paquetes y después de alrededor de dos horas, la cinta adhesiva que los mantenía unidos se desintegró y liberó los paquetes. En ese momento la boya comenzó a transmitir una señal indicando que era hora de recoger los paquetes. Aunque no se especificó en esta fuente, es probable que la señal se haya transmitido a más de una embarcación pesquera en la zona y que los paquetes recogidos fueran entregados posteriormente en distintos lugares geográficos.
Cuando se comparan ambas tecnologías, resulta evidente que las boyas satelitales tienen algunas ventajas sobre las boyas radiales, lo que explica por qué las autoridades están reportando un mayor uso de dispositivos satelitales. Algunas de estas ventajas incluyen rastreo a escala mundial de manera remota y transmisión rápida de datos. Sin embargo, cabe mencionar que ambas tecnologías son muy singulares por al menos tres motivos diferentes.
En primer lugar, fueron adaptadas de la industria pesquera para usar las aguas internacionales eficazmente como instalación de almacenamiento para cargamentos de drogas a gran escala. Una vez situadas en mar abierto, las boyas a penas se pueden ver ya que los modelos que se usan se han diseñado para integrarse en el paisaje natural.
En segundo lugar, el uso de boyas mitiga el riesgo de incautación ya que los paquetes pueden permanecer a flote por mayor tiempo o simplemente abandonarse si se detecta la presencia de las autoridades en la zona.
El diario colombiano El Espectador apoyó esta idea con el reportaje de un caso de diciembre de 2014 cerca de la costa de Panamá en el que los traficantes cortaron las cuerdas que sostenían los cargamentos en tres boyas separadas y huyeron después de que se percataron de la presencia de patrullas en la zona. En total, se incautaron 60 kilogramos de cocaína durante esa operación, aunque algunos medios noticiosos indican que un solo cargamento puede superar los 650 kilogramos.
En tercer lugar, la probabilidad de perder cargamentos de droga en alta mar es mínima ya que ambos métodos usan la tecnología GPS para rastrear el paradero de los paquetes flotantes. Además, el material impermeable que se usa para el contenido de los paquetes se ha diseñado para flotar y resistir la humedad agregando así otra medida protectora.
En términos generales, el uso de boyas representa un fenómeno frustrante para las autoridades ya que son difíciles de detectar, no obstante Martín Arias, director de la Guardia Costera de Costa Rica, comentó durante una entrevista con el diario La Prensa Libre que la cooperación reciente entre Costa Rica, Colombia, y los Estados Unidos ha logrado frustrar por lo menos tres cargamentos con boyas satelitales y boyas habilitadas con radios. Indicó además que la táctica de boyas ya no es motivo de sorpresa como lo fue hace seis meses y que gracias a la nueva tecnología, las autoridades han podido identificar y ubicar con mayor eficacia los cargamentos flotantes. Si ese es el caso, sería solo cuestión de tiempo antes de que los traficantes tengan que regresar a la mesa de dibujo, pero por lo pronto, ha sido una táctica muy exitosa.